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Fue la gallina

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Ricardo Reilly Salaverri
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Es tiempo de resolver definitivamente si fue primero la gallina o el huevo. Asunto que, resuelto, ayudará a dilucidar infinitas vacilaciones prácticas cotidianas.

Es tiempo de resolver definitivamente si fue primero la gallina o el huevo. Asunto que, resuelto, ayudará a dilucidar infinitas vacilaciones prácticas cotidianas.

Una tesis podría ser la de sostener que los dos nacieron juntos. Se estaría eludiendo el bulto. Para ilustrar basta una pregunta: ¿quién fue primero Cervantes o el Quijote? La respuesta unánime es ¡Cervantes y su pluma!

Así, lógicamente, siguiendo la postura "creacionista" del Antiguo Testamento, Dios hizo la luz, el cielo, las aguas, etc, hasta llegar a los animales. Todos fueron creados al mismo tiempo. No hizo un vientre abstracto de la leona fecundado y después vaya a saberse cómo apareció el primer leoncito. Directamente primero fueron el león y la leona en el Paraíso y después vinieron los leoncitos. Así, cabe concluir que primero fueron el gallo y la gallina y luego, por ese orden el primer huevo. Y, después, los pollitos.

Aún siguiendo a Darwin y el evolucionismo o buscando una solución en la física cuántica, inevitablemente, siempre que no haya una explicación mejor, el origen de todo —indiscutidamente— es Dios. Por lo que es válido sacar conclusiones —sobre el huevo y la gallina— desde el relato bíblico.

El asunto viene a colación porque uno sigue esmeradamente todas las opiniones sobre asuntos públicos y atiende respetuosamente a las tribunas más variadas en temas de relevancia social como la salud, la vivienda, la educación, las pasividades, etc., y lee en la prensa, escucha en TV, radio, tribunas, etc., lo que repite el monopolio de los hacedores de la justicia social es una solución: hay que poner más impuestos. La vacuna está destinada, se supone, a "los que más tienen" que no vienen a ser los más creativos, los más capaces, los más laburantes, los más responsables, los más realizadores, y quienes en definitiva son lo que son, por virtudes propias y sacan adelante al país, sino que parecería que simplemente integran un sindicato de ganadores cotidianos y continuos del cinco de oro, que reciben maná del cielo tirados cual lagartos al sol en una playa del Caribe. En otras palabras, el pinchazo, por consejo de los sabios, se lo lleva la gallina.

Los hacedores de la igualdad con haberes ajenos, repartidores de gravámenes y propulsores del gasto público infinito, suelen ser apoltronados "intelectuales", biológicamente beneficiados con dones intransferibles para producir ideas geniales. Que a lo más suman o restan al producto bruto interno sus sueldos y honorarios. Desconocen que la gallina ponedora en el país —el sector privado— ha sido debilitada y que cada día tiene menos fuerza para seguir poniendo huevos. La razón: estos años de desgobierno frentista, en los que se que desperdició el "boom" de las materias primas y dilapidó la riqueza nacional en base a un desmanejo catastrófico del Estado (70 mil empleados públicos, sueldazos obscenos en cargos de confianza, Pluna, Ancap, el licenciado, Fondes, ASSE, las tarjetas de crédito, etc.).

Los justicieros superdotados, incondicionales de un gobierno que no iba a poner más impuestos, ignoran la realidad de un ajuste fiscal sostenido que no respeta ni haberes jubilatorios, e ignoran el saqueo con las tarifas de Ancap y Ute indignantes, que encubren inconstitucinalmente más impuestos. Mientras —dicen— la redistribución de la riqueza de otros con "fines igualitarios" la debe hacer el Estado. El que conocemos y padecemos. Es como decir "confiemos la custodia de un banco a Alí Babá" y amigos.

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